Oclusión – Articulación Temporomandibular (ATM)
¿Cómo se manifiesta este síndrome?
El sistema masticatorio está conformado por un conjunto de estructuras, todas ellas son susceptibles de sufrir las consecuencias de la disfunción craneomandibular. De manera que es importante realizar un examen minucioso y detallado de cada una de ellas.
Los dientes y tejidos de soporte: En las piezas dentarias y sus estructuras adyacentes la disfunción craneomandibular puede producir: El desgaste no fisiológico (excesivo) de las superficies dentarias. Movilidad dental. E incluso, dolor dental. Maloclusión, el paciente refiere que no muerde correctamente.
Los músculos: Los músculos masticatorios se pueden ver afectados de la siguiente manera: Tensión muscular, normalmente asociada a un aumento de su masa muscular. Dolor muscular, generado por contracturas en las fibras musculares. Jaquecas tensionales, el dolor muscular puede traducirse en dolores de cabeza frecuentes.
La articulación temporomandibular: Que une la mandíbula al cráneo, y en la que pueden aparecer las siguientes manifestaciones: Dolor articular, se confunde muchas veces con dolor de oído. Limitación de los movimientos, con chasquidos, saltos y ruidos a nivel articular. Bloqueo mandibular, el paciente no puede abrir o cerrar completamente la boca.
Un mismo paciente puede presentar uno sólo de estos signos, o puede presentar una combinación varios. Incluso, estos signos pueden aparecer y desaparecer cíclicamente en el tiempo (con períodos de latencia).
Bruxismo
Debido a la alta prevalencia de esta entidad en la población, vamos a explicarla con más detenimiento.
El bruxismo es el hábito de apretar o rechinar los dientes. Esta actividad se puede realizar durante las horas diurnas y/o nocturnas. Sin embargo es más habitual que se presente sólo durante las horas de sueño, ya que el paciente no es consciente de su hábito.
Este hábito suele estar causado por el estrés, y el paciente descarga la tensión nerviosa acumulada a lo largo del día apretando ambas arcadas.
Las consecuencias de este hábito nocivo van a ser: desgaste dental, pudiendo provocar sensibilidad dental y alteraciones estéticas graves; dolor muscular, ya que la musculatura no llega a relajarse adecuadamente, así como agrandamiento de los músculos y problemas articulares.
El síndrome de disfunción cráneomandibular (D.C.M.) o trastorno temporomandibular es una alteración del sistema estomatognático caracterizado por síntomas de dolor y/o disfunción, que afecta a cualquiera de las estructuras que componen el sistema masticatorio: músculos, articulación temporomandibular (A.T.M.), dientes, huesos o periodonto.
La etiología o causa de este trastorno es multifactorial, y su prevalencia en la sociedad, elevada (aproximadamente un 20-40% de la población presentará algún signo o síntoma de D.C.M.).
Se trata pues de una alteración de nuestro sistema masticatorio que se puede manifestar de múltiples formas y cuyo origen también es muy variado, lo que hace que su diagnóstico y tratamiento sea a su vez muy complejo.
Actualmente en el mundo científico no se conocen todas las posibles causas por las que el sistema masticatorio se ve de pronto alterado y no es capaz de realizar sus funciones correctamente. Tampoco se entiende porque algunas personas desarrollan esta alteración y sin embargo otras nunca padecerán de disfunción. Pero ya se han estudiado algunas de ellas:
- ESTRÉS: Es una de las causas más evidente. En las últimas décadas nuestros hábitos de vida han variado y mucha gente padece las consecuencias del estrés que la vida moderna genera. Junto con un aumento del estrés se ha observado un aumento de la frecuencia de los trastornos temporomandibulares (uno de los más claros, el bruxismo).
- RESTAURACIONES MAL ADAPTADAS: En ocasiones un empaste alto, un puente no ajustado correctamente puede desencadenar una disfunción craneomandibular.
- TRAUMATISMOS: Los golpes recibidos en cara o cráneo pueden tener como complicaciones, alteraciones musculares o articulares. Por ejemplo, el síndrome del latigazo, producido por una frenada brusca en los accidentes de coche.
- MALOCLUSIONES: Aquellas personas que tengan una inestabilidad en su mordida debida a malposiciones dentarias, son más propensos a padecer estas alteraciones.
- HABITOS PARAFUNCIONALES: Masticar chicle, mordisqueo de uñas o lápices, etc.
- MALAS POSTURAS: Los músculos masticatorios están en íntima relación con los músculos del cuello y de la espalda. Es muy frecuente que aquellas personas que padecen de dolores de cervicales presenten también dolor en la región ortofacial (por ejemplo: jaquecas).
- OTROS: En algunos casos no se logra descubrir la causa.
El diagnóstico de este trastorno es fundamental para el tratamiento del mismo, de manera que debemos de averiguar las causas que produjeron la alteración para poder instaurar el tratamiento adecuado.
En muchos casos la responsabilidad del tratamiento la tiene el propio paciente que tendrá que aprender a variar algunos hábitos siempre con la ayuda y los consejos del clínico: el estrés, las parafunciones, etc. A veces es necesario la ayuda de otros sanitarios para la completa rehabilitación del paciente; por ejemplo, el tratamiento conjunto con fisioterapeutas.
Si el paciente acude a la consulta con dolor, el odontólogo dispone de una batería de fármacos para tratar el cuadro agudo: miorrelajantes, antiinflamatorios, analgésicos…
Una vez que se haya eliminado el dolor será necesario instaurar medidas preventivas para evitar que la alteración cronifique. Una de estas medidas es el uso de FÉRULAS DE RELAJACIÓN.
Se trata de un dispositivo protésico que va colocado entre ambas arcadas. El más habitual es una férula de tipo MICHIGAN. Normalmente se coloca sobre el maxilar superior, aunque en ocasiones, se puede colocar en la mandíbula.
Para la confección de la férula se requiere la toma de impresiones de ambos maxilares en alginato, para posteriormente obtener el positivo en escayola. También se necesita conocer la relación de mordida, que se toma con ceras duras. Estos elementos son enviados a un protésico dental el cual nos confeccionará la férula en una resina acrílica dura transparente.
No son válidas las férulas de resina blanda que se encuentran en el mercado, normalmente destinadas a protectores bucales, llegando a ser incluso perjudiciales.
Hoy en día la práctica de algún deporte es muy habitual en nuestra sociedad. Muchos de ellos son deportes de riesgo por la posibilidad de recibir algún golpe en el área orofacial.
Además cada vez es más habitual que los niños se apunten a actividades extraescolares donde muchas de ellas son deportes de contacto.
Si usted o sus hijos practican algún deporte, CoDenta les recomienda que se informen en la federación correspondiente si conviene el empleo de protectores bucales para dicha actividad. Deportes de contacto como: fútbol, baloncesto, rugby, artes marciales, boxeo…
El uso de dicho protector prevendrá posibles lesiones como fracturas dentales, fracturas mandibulares, luxaciones mandibulares, lesiones en lengua, mejillas, etc.
Aunque en el mercado se encuentran protectores bucales prefabricados, son más adecuados los realizados por un profesional, ya que majoran la adaptación, la comodidad, etc.